Solo basta un café para
comenzar a explorar
los rincones
que creí olvidado
hoy solo fui por un café
pero mi corazón
volvió a traicionarme...
con aquella libertad y autonomía que siempre se toma,
fue en busca de aquel poeta que se robó
el último de mis besos...
beso exquisito
descrito en la memoria de
mis molinos...
y como era de esperar
cuando el café mas dulce
se puede saborear amargo...
aquel café se transformó
en un recuerdo que no deseaba
traer a la memoria...
memoria frágil de intenso color
que se apodera
de mis emociones ocultas
con razones que no deseo oír
pues bastante razones tengo para
que mi piel no desee estar cerca...
de quien no pronuncia versos
para mis oidos...
pero es ella quien te nombra
todas las noches...
y te añora cada amanecer,
Invocando a la memoria aquel amanecer
regalado desde un país lejano...
Cuando en tu ausencia
le obsequiaste un amanecer eterno...
Sin embargo son aquellas
palabras rotas,
acompañadas de besos no natos
que han dejado huella en esta piel madura,
bellamente cicatrizada
y que no reconoce otro dueño,
Juro que solo iba por un café
y me traje de regreso las palabras
que no supiste escuchar,
Aún así mi cuerpo reclama
lo que el corazón extraña
una caminata, una conversación,
una despedida sin culpas,
un lo siento y por que no
un último beso
para volver a sentir
que la historia siempre puede
tener un final
dulce y con sabor a café.
No hay comentarios:
Publicar un comentario