No me busques sin razón,
no te aparezcas sin motivo
más que el querer estar conmigo
por lo que soy, por ser
mujer, tu mujer, y no madre.
Ya empezaba a creer
que volvía a ser YO
que volvías a tatuarme en
tu corazón coraza dentro, muy dentro
aún así,
mi Yo
había comenzado
silenciosamente a desdibujarte
dentro de mi alma, había comenzado a
borrar esos oscuros episodios de
antaño...
y tu te ibas apagando en la lejania...
Yo sin tu presencia y sin tu ausencia..
Comenzaba a entender
el porque de las distancias,
comenzaba a entender el porque
los silencios vienen a ser solo ruido a mi alma y no a la tuya...
hasta me esforcé en escribir unos buenos escritos,
para llegar a tu corazón
y comencé a descubrir en ellos
que mi SER es inmenso
que aún tengo mucho Amor
deseoso de entregar (te)
Pero también descubrí que
hospedé a esta trizteza vagabunda.
Con ella ya empezábamos a ser amigas,
por lo menos, conociamos nuestras manías
ellas accedieron a dejarme tranquila en las noches
mientras intento conciliar el sueño...
mi sueño de encontrarte nuevamente en ellos..
Hasta me creí que todo se estaba acomodando
que todo iba por buen camino...
de reconocerte, de que me reconocieras
de que me necesitaras tanto como yo a tí..
Pero tenias que aparecer hoy
con tu descargos, con tu ira,
con tu distancia...
desordenando mi falso orden
para sacudir el polvo y retirar del altillo de mi alma
estas ilusiones crédulas que me tenían
el alma esperanzada,
pero ellas no saben diferenciar,
ellas no sabían si volvias
para quedarte
o terminar de llevárselo todo.
