Me llaman loca a cada segundo,
a cada llamada,
por cada palabra emanada de mi boca,
por decir lo que pienso,
por decir lo que siento,
por pasar de los destellos
inquietantes del sexo
a llorar por los secretos que guarda mi alma.
Me dicen loca
porque hice de la soledad
mi amiga y mi amante,
que cabalga entre mis versos perdidos,
los besos nunca dados,
caricias brindadas sin pasión,
que son
fantasmas de cuerpos no vividos.
Me dicen Loca
porque finalmente sigo añorando
y esperando
al hombre de la armadura oxidada
que nunca en toda su aventura vivida
escogió
vivir la vida con la
que llamaban "LOCA".